
Lidiamos a diario y en cada momento con la negatividad. La nuestra, la que emana de nuestros pensamientos y de nuestra actitud frente a los hechos. Y la externa, el estímulo constante que nos bombardea y nos pone a prueba a cada instante; la oscuridad es ruidosa, se propaga con mucha rapidez, se divulga a través de todos los medios de comunicación masiva; otras formas son la agresividad del entorno, la charla inútil, el chisme, la agresión, en fin, todas las manifestaciones que sabemos existen, y que a veces se hace difícil sobrellevar. Todos llevamos un área de oscuridad, nadie está exento, depende de cada uno elegir que ésta te domine, o haces el cambio y funcionas a partir de la actitud luminosa y positiva; también depende de cada uno, si enganchas con el entorno, o te retiras silenciosamente a tu espacio de luz, alejándote de personas y situaciones negativas.
No lo veas como una lucha, mejor observa cómo se va desarrollando dentro de ti la capacidad de abstraerte y de enfocarte desde otra perspectiva; una perspectiva positiva, llena de alegría y comprensión; así se irá disipando esa energía gris, y tu día y tu alma se irán llenando de colores alegres. De esta forma, atraerás lo mejor a tu vida, alegría, magia y milagros.
“No hay deber que descuidamos tanto como el deber de ser felices”.Robert Louis Stevenson