
El autoconocimiento es fundamental para lograr tu paz. Cuando el espíritu realiza ese llamado y tu interior se inquieta, es el momento de sumergirte en tí mismo y comenzar a explorarte. Sin temor, con valentía y sinceridad, nada de lo que encuentres será desconocido para tí, somos lo que somos, tu esencia reclama su tiempo. Mírate, eres un ser excepcional y único, con riqueza interior y asperezas internas que limar y asumir. Comparte generosa y humildemente con los demás tus virtudes, exteriorízalas ya que todo se devuelve y no sabes quién recibirá tu regalo.
Tus defectos, a esos debes prestarle más atención y con sinceridad y sin miedo pulirlos y suavizarlos, siempre estarán ahí, pero de tí depende si te dominan el alma, o sencillamente son las pruebas que tienes para irte superando.
Al final del día, lo que seguro encontrarás es esa paz de alma y la satisfacción de la tarea cumplida. Has avanzado un paso más hacia tu mejor vida y a un entorno más armónico, feliz.
“Tu mirada se aclarará sólo cuando puedas ver dentro de tu corazón. Aquel que mira hacia afuera, sueña; aquel que mira hacia adentro, despierta”. – Carl Jung